‘Tranquilidad’. Eso es lo que pide Isabel Rodríguez, la nueva ministra de Vivienda, a los pequeños propietarios.
Los últimos meses han sido convulsos para una parte de los arrendadores que han visto en la Ley de Vivienda una amenaza sobre su derecho a la propiedad y muchos no han dudado en recurrir a los contratos de temporada para intentar sortearla.
Los alquileres de este tipo se han disparado un 39% desde la entrada en vigor de la norma el pasado mes de mayo, en un recurso que permite eludir las limitaciones de precios o las prórrogas extraordinarias que contempla el texto. La balanza se inclina progresivamente hacia esta variante de arrendamiento que no está sometida ni a los controles de renta que contempla la Ley ni a otras consideraciones, como el hecho de que los propietarios tengan que asumir los honorarios de las agencias inmobiliarias.
En el tercer trimestre del año, los contratos temporales suponían el 10% de la oferta de alquiler en España, frente al 6% de un año atrás. Especialistas y expertos del sector inmobiliario venían advirtiendo de la tendencia en los últimos meses, pero es la primera vez que se ponen datos sobre su evolución.
El portal inmobiliario Idealista, una de las principales referencias del mercado en España, ha analizado los anuncios incluidos en su base de datos y constata no sólo el aumento de los alquileres temporales, sino la destrucción paralela de la oferta permanente desde julio a septiembre. ‘Las viviendas en alquiler permanente se han seguido reduciendo (-1%), acumulando una caída interanual del 12%’, según el estudio.
La segunda derivada es la reducción del stock disponible, el aumento de los precios [+7,1% interanual en octubre], y una desprotección mayor para los inquilinos, al contrario de lo que anunciaba la norma, ya que no se pueden acoger a las medidas contempladas en el texto.
‘La explosión de los alquileres de temporada está directamente relacionada con la entrada en vigor de la Ley de Vivienda. Con el inicio de las medidas punitivas y coercitivas contra los propietarios, muchos de ellos decidieron sacar sus propiedades del mercado. Una vez aprobada la ley, lejos de retornar al mercado de alquileres permanentes, un número cada vez mayor opta por pasarse a los arrendamientos de temporada que, si bien tienen claras limitaciones, ofrecen al propietario un entorno menos rígido y perfectamente legal’, explican desde Idealista.
Su impacto es mayor en los grandes mercados y en aquellos lugares en los que los gestores públicos han anunciado su interés por aplicar un efectivo control de precios, particularmente, en las llamadas ‘zonas tensionadas’.